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martes, 21 de septiembre de 2010

ARTE DE MUJERES ARGENTINAS





Susana Aguirre, una deliciosa pintora argentina que brilló desde 1943 hasta el principio de los 60, retratando una parte de la vieja Buenos Aires que ha ido desapareciendo ante el inexorable.-
Poseedora de una gran simpatía, atravesaba la ciudad de Buenos Aires de principio a fin en un pequeño Volkswagen cargando sus útiles, con una formidable fuerza, decidida a preservar el recuerdo de las casas viejas y lindas que iban desapareciendo.
Susana Vitalia Aguirre Castro nació en Río Cuarto, el 28 de abril de 1897 y su educación, de acuerdo con los cánones de la época, incluyó aspectos vinculados con la literatura romántica y la poesía. Pasó dos años en un internado de París y realizó más tarde, luego de completar su educación, numerosos viajes a Europa así como a casi todos los países de América. Viajera incansable, modalidad que siempre conservó, no le dió tregua a su afán de conocer personas, países, costumbres, paisajes. Tales los antecedentes que moldearon una personalidad capaz de valorar aspectos positivos y, eventualmente, no aparentes de las cosas. Sin embargo, su vocación de pintora tardó en manifestarse, puesto que, recién al comienzo de su edad madura, inició algunos ensayos que merecieron el entusiasta aliento del, ya entonces, consagrado escultor Alberto Lagos. Poco tiempo después, pintaba con verdadero ahínco, primero dirigida por Ernesto Riccio y luego por el maestro Vicente Puig; más adelante trabajó con Aquiles Badi, algún tiempo en el atelier de Jorge Larco y, por fin, guiada por su gran amigo y maestro Horacio Butler. No obstante y, desde un principio, su estilo mostró rasgos personales que, con el correr del tiempo, fueron configurando el peculiar y poético encanto que caracteriza la obra de "la imaginera de Buenos Aires", tal como con afortunada inspiración la calificó Noemí Vergara de Bietti progreso.